El circo estable de Madrid se encuentra alojado en las antiguas instalaciones de la fábrica de galletas Pacisa, en el barrio de Lavapiés. Comenzó su construcción en 2002, según el proyecto del arquitecto Mariano Bayón. Con su inauguración en 2007, el Ayuntamiento de Madrid dota a la ciudad de un singular espacio escénico y la incorpora a la red de ciudades que cuentan con circos estables como París, con su Circo de Invierno, Bruselas, Munich y el Circo Krone, Ámsterdam, el Coliseo de los Recreos de Lisboa, Budapest, Londres, Viena, Manchester o Copenhague.
La pista central del Circo Price tiene un aforo de hasta 1706 espectadores. Para espectáculos de formato más pequeño se transforma en la Sala Parish, ocupando la pista circense con butacas y escenario. Además, el Price cuenta con 2 salas de exposiciones (sala Malabar y sala Trapecio), una sala de ensayos y 12 camerinos.
El conjunto está formado por piezas poliédricas que conforman un total de cuatro espacios, que incluyen: edificio de exposiciones, edificio central con sala de circo circular, edificio de trasescena conectado con dársenas de carga y descarga, edificio de oficinas y administración, sótano de instalaciones y calle de talleres y oficios.
La historia del Circo Price se remonta a 1868, obra del arquitecto Pedro Vidal. El circo era de madera, tenía una pista central y se encontraba en el terreno de un antiguo jardín en el Paseo de Recoletos, en lo que hoy sería la esquina con la calle Bárbara de Braganza. Su promotor fue Thomas Price, un irlandés domador de caballos, heredero de una larga estirpe de acróbatas que llegó a Madrid en 1847. En 1880, su yerno, William Parish, inaugura un segundo Teatro Circo Price en la Plaza del Rey, donde hoy se encuentra el Ministerio de Cultura, que se convirtió en un referente de la vida cultural madrileña hasta el 12 de abril de 1970, fecha en la que ofreció su último espectáculo. Pasados más de 30 años, el circo permanente volvió a abrir sus puertas en su ubicación actual.