El Museo Nacional de Ciencias Naturales gestiona y expone al público una importante colección de especímenes, con el objetivo de promover un conocimiento más completo de la diversidad del mundo natural. Este conocimiento se aplica a la conservación del medio ambiente y es transmitido a la comunidad para mejorar la percepción de la ciencia y de la riqueza de nuestro patrimonio natural.
Situado en el Paseo de la Castellana, el Museo Nacional de Ciencias Naturales fue creado por el Rey Carlos III, en 1771, como Real Gabinete de Historia Natural. A lo largo de la historia ha cambiado varias veces de nombre. Sus fondos iniciales consistían en las excelentes colecciones y la biblioteca de Pedro Franco Dávila, comerciante español natural de Guayaquil, que los cedió a la corona española.
La colección contenía miles de piezas de minerales, algas, plantas, animales de todas clases, cálculos y piedras bezoares de origen fisiológico, utensilios y armas de diversas culturas y edades, objetos artísticos de porcelana, cristal y minerales preciosos de todos los continentes, bronces antiguos, esculturas, medallas y lápidas, cuadros de pintores célebres de varias escuelas y países, miniaturas, dibujos, acuarelas, esmaltes. Desde entonces, ya propiedad de la corona, los fondos van aumentando con compras y donaciones hasta que en 1984 se reestructura totalmente como un museo moderno. Desde ese momento se realzan sus colecciones, de gran valor histórico y científico y el museo se da a conocer al público a través de exposiciones permanentes, temporales e itinerantes.
Actualmente, el Museo Nacional de Ciencias Naturales es uno de los institutos de investigación científica más importantes del país en el ámbito de las ciencias naturales. Con varios investigadores en áreas que van desde la paleobiología y la geología hasta la ecología y el cambio climático pasando por la biología ambiental y la biodiversidad, el Museo es uno de los centros emblemáticos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Su sede actual es el Palacio de las Artes y la Industria. El edificio se comenzó a construir en 1882, en los Altos del Hipódromo bajo la dirección del arquitecto Fernando de la Torriente, auxiliado por Emilio Boix y Merino, quien a la muerte del primero continuó las obras en 1886.