El 25 de julio de 2021 forma ya parte de la historia de Madrid. Ese día, en la ciudad china de Fuzhou, el Paisaje de la Luz, integrado por el paso del Prado, el parque de El Retiro y su entorno, entró, en la categoría de Paisaje Cultural, en el privilegiado catálogo de Patrimonio Mundial que elabora la UNESCO con todos aquellos lugares que tienen un valor excepcional.
Es el primer bien de la ciudad reconocido con esta importante distinción, que avala la relevancia de aunar, en un mismo espacio naturaleza, cultura y ciencia. A lo que podríamos añadir: y también descanso. Porque sí, alojarse en pleno Paisaje de la Luz es posible. Estos son algunos de sus fantásticos hoteles. Por Silvia Roba
La vida está llena de tentaciones. Esta es la frase que se puede leer en la tarjeta de presentación de uno de los hoteles más modernos de Madrid, que, en realidad, no lo es tanto. Su historia nos lleva hasta el 2 de octubre de 1910, fecha en la que el rey Alfonso XIII, presente en la inauguración, pudo por fin cumplir su gran sueño: que España tuviera un hotel de lujo.
El monarca estaba decidido a colocar a su ciudad natal en los mismos niveles que otras capitales europeas, lo que implicaba la construcción de un establecimiento como este, en cuya creación participó el mismísimo César Ritz.
El inconfundible estilo del hostelero francés continúa presente en el Mandarin Oriental Ritz, que reabrió sus puertas la pasada primavera tras una profunda restauración. Durante tres años el arquitecto Rafael de La Hoz y los diseñadores parisinos Gilles & Boissier han renovado por entero el hotel, que no ha perdido nada de su encanto Belle Époque. Ahora cuenta con 153 habitaciones -entre ellas, dos nuevas en las torres de la última planta, con balcones privados y vistas al Museo del Prado- y cinco espacios gastronómicos dirigidos por el chef Quique Dacosta.
IMPRESCINDIBLE: el té de la tarde, una tradición recuperada en el Palm Court, elegante restaurante bajo la cúpula de cristal.
A principios del siglo XX el desarrollo del transporte ferroviario propició el aumento del número de visitantes que llegaban a Madrid, obligados a alojarse en fondas o casas particulares. La nueva ordenación urbana -con la Gran Vía ya en mente- atraía cada vez más a personas con alto poder adquisitivo, por lo que una vez construido el Ritz, el rey Alfonso XIII sugirió la creación de otro gran hotel en el paseo del Prado, en el sitio exacto donde antes había un palacio. Con sus 400 habitaciones, el Palace se convirtió el mismo día de su inauguración –12 de septiembre de 1912– en el hotel más grande del continente. Sus servicios no tenían competencia: por primera vez se incorporaban teléfonos, interfonos e inodoros en cada estancia. ¿Algún rincón especial? Entonces y ahora, La Rotonda, con su preciosa, e histórica, cúpula de cristal, bajo la que cada domingo tiene lugar el reconocido Opera & Lunch.
El hotel cuenta con 470 habitaciones y 51 suites, gimnasio y diferentes espacios gastronómicos. Entre ellos, The Asia Gallery, restaurante de alta gastronomía china donde sirven una deliciosa cocina cantonesa, y el Green T Sushi Bar, que ofrece combinaciones de sushi japonés y tapas españolas que armonizan a la perfección con un mobiliario oriental antiguo y piezas únicas españolas.
IMPRESCINDIBLE: pedir un cóctel en 1912 Museo Bar tal y como hicieron Ernest Hemingway y Salvador Dalí en su día.
Con vistas a la Puerta de Alcalá y al parque de El Retiro este es uno de los hoteles con más encanto de la ciudad, ubicado como está en una regia construcción de finales del siglo XIX. Un inmueble proyectado por el arquitecto José María de Aguilar en 1883, que alberga hoy una acogedora combinación de elegancia, arquitectura, gastronomía y pureza revitalizadora.
Sí, la energía fluye por cada rincón de este alojamiento, con habitaciones mitad clásicas mitad vanguardistas desde las que se puede disfrutar de espectaculares panorámicas sobre el famoso monumento madrileño, una de las joyas del Paisaje de la Luz, diseñado por Francesco Sabatini.
Otra imagen de postal se obtiene desde la terraza del restaurante Malvar, donde lo mismo puedes degustar una hamburguesa de buey que una ensalada o unas tapas, entre las que no faltan las patatas bravas castizas en dos salsas o las croquetas del chef. ¡Hay que probarlas!
IMPRESCINDIBLE: un ritual de belleza o un masaje relajante en el Bodyna Spa, en las antiguas caballerizas del palacete.
PETIT PALACE SAVOY ALFONSO XII
Como si fueras parte de la naturaleza. Así se sienten los huéspedes de algunas de las habitaciones dobles de este hotel cuyos balcones se abren de par en par al parque de El Retiro. Será, sin duda, el mejor recuerdo de todos aquellos que elijan para alojase en Madrid este coqueto hotel que encuentra acomodo en un antiguo palacete del siglo XIX.
Es ideal para escapadas en pareja, viajes de negocios, fines de semana con amigos… e incluso para quienes se desplacen con sus mascotas, porque sí, este es un hotel pet friendly, algo que se agradece al estar tan cerca, justo al lado, de uno de los grandes pulmones verdes de la ciudad.
El Petit Palace Savoy Alfonso XII se adapta a los nuevos tiempos. ¡Es de lo más moderno! Entre sus servicios, dos harán las delicias de los más deportistas: los desayunos healthy y el préstamo gratuito de monopatines y bicis eléctricas para recorrer la ciudad.
IMPRESCINDIBLE: dejarte guiar por Madrid con los consejos The Townster, la guía con recomendaciones realizada para el hotel por gente local.
Desde la sala de desayunos con vistas al paseo del Prado resulta fácil trazar cualquier plan. Quizás recorrer de principio a fin el Paisaje de la Luz, algo para lo que este hotel -y también el NH Collection Paseo del Prado en la misma calle- resulta un magnífico centro de operaciones. Elegante y moderno está prácticamente al lado de todo, enfrente justo de la Cuesta de Moyano y del Real Jardín Botánico. Hacia él miran algunas de sus habitaciones, 206 en total, todas con suelos de madera y decoración muy actual.
Pero si por algo es conocido este hotel en Madrid es por su oferta gastronómica. Bajo el asesoramiento de Abel Velarde y David Robledo, director de sala y sumiller respectivamente del desaparecido restaurante con dos estrellas Michelin Santceloni, el gastrobar Tablafina es toda una tentación, una propuesta que propone una vuelta a los orígenes para conectar con la naturaleza y el producto local. En su carta encontramos desde una cuidada selección de ibéricos con Denominación de Origen hasta algo de laterío de lo más exquisito. Entre sus recetas míticas que nunca pasan de moda, el cocido madrileño y la tortilla de patata.
IMPRESCINDIBLE: probar el que es probablemente el mejor bocadillo de calamares -al menos eso dicen ellos- con mahonesa de ajo negro.
Cosmopolita. Así es este moderno hotel situado frente a la histórica estación de Atocha y a solo unos pasos del parque de El Retiro y de lugares únicos y muy especiales como el Real Observatorio de Madrid.
Especialmente pensado para gente con un estilo deportivo y desenfadado, que disfrutarán en sus confortables habitaciones -muchas de ellas con balcones con estupendas vistas- y en todos y cada uno de sus espacios comunes. Su terraza-mirador, Sép7ima, es perfecta para tomar un cóctel a media tarde o, por qué no, un brunch de estilo neoyorquino los sábados y domingos.Los clásicos huevos Benedict, y la Wagyu Burguer son solo algunos de los platos que podemos degustar.
La oferta del Only You Hotel Atocha es de lo más variada. Si nos quedamos en el restaurante Trotamundos, instalado en el lobby, podremos viajar hasta Asia con la imaginación y, sobre todo, con el paladar. Solo hay que fijarse en su carta, con pokes bowl de salmón, atún, pollo… Para la hora del café lo mejor es sentarse en una de las mesas de Breakery. Quedan avisados: si el reloj pasa de las cinco de la tarde hay que caer en la tentación y disfrutar de la merienda, que para eso lleva la firma de Oriol Balaguer. Los croissant de mantequilla y las palmeras de hojaldre son dos de sus especialidades.
IMPRESCINDIBLE: No hay que perderse ¡su barbería! Ideal para nostálgicos del look de los años 50, a los que les gusta lucir cierto aire de gentleman callejero. El afeitado es a navaja, por supuesto.
En uno de los extremos del Paisaje de la Luz, junto al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Es ahí justo donde abre, desde hace muy pocos meses, este esperado hotel, atrevido y con un espíritu tremendamente urbano. Todas las habitaciones tienen detalles inspirados en el característico estilo rockero que marca la casa, desde el arte contemporáneo que cuelga de las paredes hasta la lujosa ropa de cama.
La más codiciada por todos es la Rock Star Suite, con una espectacular bañera en la que se puede escuchar música y una terraza privada. ¿Lo mejor de este hotel? Que tú decides lo que suena en cada momento. Ya sea con la guitarra Fender que nos puede llegar a la habitación, reproduciendo música en el tocadiscos o escuchando nuestra playlist de Madrid especialmente seleccionada para recordar nuestro viaje. Solo hay que pedirlo: todo está incluido.
El Hard Rock tiene piscina, jardín y varios espacios para disfrutar de la mejor propuesta gastronómica. ¿Qué tal una ensaladilla rusa con tartar de atún en el Sessions Restaurant? Habrá quien prefiera saborear las vistas que se obtienen desde el RT60, el espectacular rooftop bar, o unas tapas en el GMT+1, ubicado en el lobby.
IMPRESCINDIBLE: la experiencia Rock Om, yoga en la habitación al ritmo de una banda sonora seleccionada por un DJ.
Silvia Roba es una periodista muy viajera, que ha recorrido el mundo para poder contárselo a los demás. Es responsable de contenidos de esMADRIDmagazine y coordinadora de Bloggin' Madrid. ¿Lo que más le gusta? Perderse por la ciudad. ¡Síguele la pista!