Se trata del más anciano de los cafés madrileños, en el que, desde 1887, se congregaba una clientela constituida por intelectuales, políticos, cómicos y funcionarios, que pasaban su tiempo entre el café, el licor y las tertulias tratando aspectos de la vida de Madrid. En este centenario local se puede disfrutar de desayunos, comidas, meriendas, cenas y copas a diario, además de un variado brunch los fines de semana. Todo ello aderezado con una interesante oferta cultural.
Sus espejos han contemplado más de un siglo de vida política e intelectual y por sus tertulias han pasado escritores, periodistas, artistas, toreros o políticos ilustres, como los hermanos Machado, Jardiel Poncela, Ignacio Aldecoa, Álvaro de la Iglesia, Antonio Mingote, Rafael Azcona, Berlanga, Celia Gámez, Fernando Rey, Sorozábal, Mazantini y otros muchos personajes célebres que a lo largo de los años se han reunido a conversar en torno a sus mesas.
El local, que ha sido restaurado respetando su espíritu bohemio, cuenta con tres zonas diferenciadas: la de la barra, el comedor de la planta baja y una polivalente primera planta, en la que, con un aspecto más informal, cuenta con diversas actividades culturales, como sesiones de cine, actuaciones musicales o presentaciones literarias.
La propuesta culinaria viene de la mano de Pepe Roch, en la que se apuesta por el regreso de los sabores castizos pero con un toque contemporáneo, con el producto madrileño de base. Existen dos cartas diferenciadas, la del restaurante y la de la barra, donde se pueden encontrar los platos más tradicionales junto a raciones, arroces, carnes y pescados. También cuenta con una variada oferta de cócteles y combinados, vinos, un completo brunch y amplia variedad en desayunos y meriendas, donde no puede faltar el chocolate con churros.